Hace mucho tiempo, existía en un antiguo país de Europa llamado "Casttlevania" una inocente princesa que vivía junto a sus padres (reyes de este país) en el Castillo más grande de toda Europa. Su nombre era Heléne.
Desde allí, con tal solo 20 años, ella esperaba cada día de su vida encontrar a aquel que la pudiera hacer feliz.
Ella gozaba de mil privilegios, pero entre tantos lujos se escondía la más profunda de las soledades. En su diario, todos los dias escribía lo mismo: "Quiero encontrar el verdadero amor". Luego, lo cerraba y lo guardaba en el cajón de su mesa de noche.
Dias antes de su cumpleaños número 21, en todo el reino se estaban realizando todos los arreglos para lo que sería la gran fiesta de su cumpleaños. Sin embargo, Heléne no lograba contentarse más alla de todo, y lloraba en silencio en la enorme habitación que tenía..
En eso, oye que golpean la puerta. Limpia rápido sus lágrimas, y abre sutilmente la puerta casi sin observar quien era.
- Joven princesa, disculpe, solo necesitaba saber de que color prefería usted las cortinas para la celebración, espero no molestarla.- dijo una voz.
- Pues..- la princesa levanta su mirada y no puede creer lo que ve. Un joven con con ojos color avellana y cabellos color café, vestido con algunos arapos se encontraba frente a su puerta.- Te..ten..¿tendrías algunas muestras de telas pa..para mostrarme?- dijo perpleja, intentado disimular e invitandolo a pasar a la habitación.
- Por supuesto Princesa, aquí le traigo- dijo el joven y acto seguido ingresó a la habitación.
- Nunca lo ví por aquí, es usted muy joven- dijo la princesa.
- Lo sé, mi tió es el cocinero real y como necesitaba algo de dinero trabajo aquí por el verano- respondió el joven brindando una cálida sonrisa.
- Oh bien.. me gusta esta...- dijo Heléne tomando una seda color salmón- ¿Puedo preguntarle algo?- dijo ella timidamente.
- Claro, ¡es usted la princesa!- Dijo el joven.
- Us..usted.. ¿quisiera ser mi acompañante en mi fiesta de cumpleaños?- y rápidamente se sonrojó.
- ¿Está bromeando?... ¡esto es tan increible!. Es usted mi ilusión más grande, y recibir un honor tan grande es como un sueño. Iría con usted al fin del mundo...- dijo el joven entusiasmado y timido a la vez.
- ¡Que cosas dices!, sabés, al verte por primera vez hace unos instantes no pude evitar fijarme en tí, eres un joven muy apuesto y amistoso- dijo la princesa.
- Oh, pues... no lo creo así pero gracias.- respondió
- No hay porque, espero verte- dijo la princesa tomando sus manos, pero fue interrumpida por un golpe en la puerta de su habitación.-¡debes irte!- dijo asustada, dandole un timido beso en la mejilla.
El joven, al cual había olvidado preguntarle su nombre, salió con discreción de la habitación.
Así la princesa pasó los dias pensando en él, y hasta averiguó por medio del padre de este (el cocinero real) que este se llamaba Teodor.
Desde allí, con tal solo 20 años, ella esperaba cada día de su vida encontrar a aquel que la pudiera hacer feliz.
Ella gozaba de mil privilegios, pero entre tantos lujos se escondía la más profunda de las soledades. En su diario, todos los dias escribía lo mismo: "Quiero encontrar el verdadero amor". Luego, lo cerraba y lo guardaba en el cajón de su mesa de noche.
Dias antes de su cumpleaños número 21, en todo el reino se estaban realizando todos los arreglos para lo que sería la gran fiesta de su cumpleaños. Sin embargo, Heléne no lograba contentarse más alla de todo, y lloraba en silencio en la enorme habitación que tenía..
En eso, oye que golpean la puerta. Limpia rápido sus lágrimas, y abre sutilmente la puerta casi sin observar quien era.
- Joven princesa, disculpe, solo necesitaba saber de que color prefería usted las cortinas para la celebración, espero no molestarla.- dijo una voz.
- Pues..- la princesa levanta su mirada y no puede creer lo que ve. Un joven con con ojos color avellana y cabellos color café, vestido con algunos arapos se encontraba frente a su puerta.- Te..ten..¿tendrías algunas muestras de telas pa..para mostrarme?- dijo perpleja, intentado disimular e invitandolo a pasar a la habitación.
- Por supuesto Princesa, aquí le traigo- dijo el joven y acto seguido ingresó a la habitación.
- Nunca lo ví por aquí, es usted muy joven- dijo la princesa.
- Lo sé, mi tió es el cocinero real y como necesitaba algo de dinero trabajo aquí por el verano- respondió el joven brindando una cálida sonrisa.
- Oh bien.. me gusta esta...- dijo Heléne tomando una seda color salmón- ¿Puedo preguntarle algo?- dijo ella timidamente.
- Claro, ¡es usted la princesa!- Dijo el joven.
- Us..usted.. ¿quisiera ser mi acompañante en mi fiesta de cumpleaños?- y rápidamente se sonrojó.
- ¿Está bromeando?... ¡esto es tan increible!. Es usted mi ilusión más grande, y recibir un honor tan grande es como un sueño. Iría con usted al fin del mundo...- dijo el joven entusiasmado y timido a la vez.
- ¡Que cosas dices!, sabés, al verte por primera vez hace unos instantes no pude evitar fijarme en tí, eres un joven muy apuesto y amistoso- dijo la princesa.
- Oh, pues... no lo creo así pero gracias.- respondió
- No hay porque, espero verte- dijo la princesa tomando sus manos, pero fue interrumpida por un golpe en la puerta de su habitación.-¡debes irte!- dijo asustada, dandole un timido beso en la mejilla.
El joven, al cual había olvidado preguntarle su nombre, salió con discreción de la habitación.
Así la princesa pasó los dias pensando en él, y hasta averiguó por medio del padre de este (el cocinero real) que este se llamaba Teodor.
Llegó el gran dia, la hora de la fiesta se acercaba y el joven no llegaba. La princesa, ya hermosa y llena de lujos, esperaba en el hall del castillo que este viniera, pero transcurrió toda la fiesta y este nunca llegó.
El mirar la seda salmón le recordaba sus suaves manos, pero este seguía sin venir. Así el cumpleaños terminó, la princesa recibió mil regalos, pero más allá de los lujos no consiguió su verdadero amor.
El mirar la seda salmón le recordaba sus suaves manos, pero este seguía sin venir. Así el cumpleaños terminó, la princesa recibió mil regalos, pero más allá de los lujos no consiguió su verdadero amor.
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